1 dic 2013

Los géneros literarios

Se denomina género literario a cada una de las clases en que se dividen los textos literarios, escritos por los autores con una finalidad determinada. Cada género literario comprende, a su vez, otros subgéneros literarios.

Cada género tiene sus rasgos característicos:

Género lírico: Se usa para expresar sentimientos y para ello, emplea generalmente el verso. Los subgéneros son los siguientes: canción (poema de tema amoroso),  elegía (poema en el que se llora la muerte de un ser querido), oda (poema que trata un tema serio y elevado), sátira (poema utilizado para ridiculizar a alguien o a algo) y égloga (poema extenso con temas de la naturaleza y ambiente pastoril).

Género narrativo: Se utiliza para presentar historias realizadas por personajes que pueden intervenir mediante el diálogo. El narrador cuenta la historia y para ello puede utilizar distintas formas de elocución, esto es, la narración, la descripción, la exposición o la argumentación. Subgéneros narrativos: cuento (narración breve), novela (más extensa y compleja), poema épico (relata las hazañas de un héroe), cantar de gesta (poema escrito para ensalzar a un héroe) y romance ( poema épico-lírico usado para narrar hazañas o hechos de armas)

Género dramático: Es aquel destinado a ser representado ante unos espectadores. Los personajes intervienen sin la mediación de ningún narrador, siguiendo las indicaciones sobre vestuario, gestos, movimientos, etc. que contienen las acotaciones del texto teatral. Los subgéneros dramáticos son: comedia
(desarrolla conflictos divertidos y amables, con personajes pertenecientes al mundo de la normalidad),  drama (los personajes luchan contra la adversidad, que suele causarle gran daño) y tragedia (presenta terribles conflictos entre personajes de alta alcurnia –reyes, héroes- que son víctimas de terribles pasiones que les llevan a la destrucción y a la muerte).

Información extraída de: http://recursos.cnice.mec.es/lengua/profesores/eso2/t1/teoria_5.htm

25 nov 2013

Cantar de Mio Cid


“Con lágrimas en los ojos, muy fuertemente llorando,
La cabeza atrás volvía y quedábase mirándolos.
Y vio las puertas abiertas, y cerrojos quebrantados,
y vacías las alcándaras sin las pieles, sin los mantos,
sin sus pájaros halcones, sin los mudados.
Suspiró entonces el Cid, que eran grandes sus cuidados.
Habló allí como solía, tan bien y tan mesurado:
-Gracias a ti, Señor Padre, Tú que estás en lo más alto,
los que así mi vida han vuelto, mis enemigos son malos.”

20 nov 2013

La lírica primitiva popular

Las jarchas mozárabes y las cantigas de amigo galaico-portuguesas constituyen, junto con los villancicos castellanos (del siglo XV), modalidades de una lírica común a toda la Penísula Ibérica.

JARCHAS:
Las jarchas son los versos que cerraban las moaxajas. Compuestas en mozárabe, la relación que mantienen con la moaxaja (composición poética en árabe literario culto) no es siempre la misma: a veces se establecen comparaciones entre ambas y en otras ocasiones son independientes. Aunque pueden alcanza hasta 8 versos, la mayoría de las jarchas constan de 4 versos, sobre todo hexasílabos y octosílabos, con rima preferentemente consonante.
El tema es casi siempre amoroso: el emisor, una joven enamorada, cuenta su sufrimiento a su madre, hermanas o amigas, en un entorno urbano. Las jarchas se caracterizan por la simplicidad y el escasísimo empleo de rasgos expresivos (reiteraciones, interrogaciones y exclamaciones). Un rasgo característico es la mención del amado por medio del sustantivo habib (“amigo”, en árabe).


CANTIGAS DE AMIGO:
En las cantigas de amigo gallego-portuguesas, el emisor es también una muchacha enamorada que expresa sus sentimientos a su madre, hermana o amigas: dolor por la muerte o ausencia del amado, ansiedad, melancolía o alegría por su regreso. En ellas, la naturaleza cobra gran importancia: el mar, los prados, las fuentes, los montes, los ciervos…, con los que el yo poético se identifica y a los que se dirige para preguntarles por el amigo ausente. Su forma habitual es la estrofa monorrima, seguida de un estribillo también monorrimo, pero con una rima distinta. Su principal recurso estilístico es el paralelismo.

-Digades, filha, minha filha velida:
porque tardastes na fontana fría?
     -Os amores ei

-Digades, filha, minha filha louçana:
porque tardaste na fría fontana?
     -Os amores ei.

-Tardei, mia madre, na fontana  fría,
cervos do monte a augua volvían.
    -Os amores ei.

-Tardei, mia madre, na fría fontana:
cervos do monte volvían a augua.
   -Os amores ei.

-Mentir, mia filha, mentir por amigo:
Nunca vi cervo que volvess´ o rio.
   -Os amores ei.

-Mentir, mina filha, mentir por amado:
Nunca vi cervo que volvess´o alto.
      -Os amores ei.
Dime, hija, hija mía hermosa,
¿por qué tardaste en la fuente fría?
      Amores tengo.

Dime, hija, hija mía lozana,
¿por qué tardaste en la fría fuente?
    Amores tengo.

Tarde, madre, en la fría fuente:
los ciervos del monte revolvían el agua.
     Amores tengo.

Mientes, hija mía, mientes por el amigo;
nunca vi que un ciervo revolviese el río.
    Amores tengo.

Mientes, hija mía, mientes por el amado:
nunca vi que un ciervo revolviese el río.
Amores tengo.



VILLANCICOS:
En Castilla se componen poemas cultos cuyos primeros versos se denominan villancicos. El resto de la composición constituye su glosa (comentario del motivo del villancico inicial realizado por un poeta culto). Los textos conservados no son anteriores al siglo XV, pero se considera que los villancicos son más antiguos. El tema más común es el amoroso y coincide con el de las jarchas y las cantigas: una doncella enamorada se lamenta por su situación. El lugar del encuentro es un entorno rural, el que cobra relevancia el agua (fuentes, ríos…). Son frecuentes los motivos de los cabellos de la joven y las flores (que cortados simbolizan la pérdida de la virginidad), la espera, el insomnio, el encuentro o la despedida al amanecer, la noche de San Juan…
En los villancicos es frecuente la ausencia de adjetivos, el predominio de los verbos de movimiento y de los diminutivos, las oraciones exhortativas y desiderativas, las repeticiones y los paralelismos.
Otros villancicos cantan la llegada de la primavera o son canciones de trabajo.

Mester de juglaría y mester de clerecía

En la siguiente tabla podéis observar las principales diferencias entre el mester de juglaría y el mester de clerecía.


MESTER DE JUGLARÍA

Siglo XII

MESTER DE CLERECÍA

Siglo XIII

AUTORÍA

Obras de carácter anónimo
Obras de autor conocido. Orgullo de haber compuesto una obra literaria

INTENCIÓN

Su objetivo es entretener e informar sobre hechos de interés popular
Su finalidad es enseñar y adoctrinar mediante los relatos

FUENTES

La realidad es motivo de inspiración para el juglar
El saber acumulado en las bibliotecas de los monasterios

DIFUSIÓN

Transmisión oral. Las obras se recitaban de memoria
La obra se creaba para que fuera leída individual o colectivamente. Era escrita

TEMÁTICA

Cantos épicos, gestas heroicas, poemas amorosos…
Poemas de tipo religioso sobre la Virgen, los santos, la historia nacional…
MÉTRICA Y
LENGUAJE LITERARIO
Métrica irregular en el número de sílabas. Rima asonante.
No se utilizan recursos literarios complejos
Se utiliza la cuaderna vía. Rima consonante.
Metáforas, símbolos, alegorías…

12 nov 2013

Escribir una narración


Para la redacción del viernes, debéis tener en cuenta estas instrucciones.

TÉCNICA NARRATIVA
- Elegid el narrador y mantened el mismo punto de vista durante toda la historia: 1ª persona protagonista, 3ª persona observador externo (para ocultar información al lector y mantener la intriga), 3ª persona omnisciente (para poder explicar pensamientos, sueños y sentimientos de los personajes, su pasado o anticipar hechos de la historia que los personajes no pueden conocer).
-Podéis narrar la historia en presente, aunque lo más sencillo y habitual es usar el pasado. En cualquier caso, mantened el mismo tiempo de la narración en toda la redacción. Se recomienda seguir un orden lógico y cronológico.

ESTRUCTURA
- La narración debe constar de:

  • Un párrafo de planteamiento: situación inicial de los protagonistas, espacio...
  • Un mínimo de dos párrafos para el nudo: conviene usar un marcador temporal para introducir el suceso que desencadenará la acción.
  • Un párrafo de desenlace. Cuanto más original y sorprendente sea, mejor.

Los criterios de calificación serán los siguientes:
Se puntuarán los siguientes aspectos:
-Presentación: márgenes, limpieza, caligrafía legible...
-Estructura ajustada a las instrucciones. La historia debe estar completa.
-Coherencia: el texto debe tener sentido, sin contradicciones.
-Cohesión:
Uso correcto y variado de los signos de puntuación (no sólo existe la coma).
Uso de conectores varios para enlazar ideas (no sólo existen “y” y “pero”): que, entonces, después, finalmente, porque, así que, sin embargo, aunque...
Uso de pronombres y sinónimos para evitar repeticiones innecesarias.
-Adecuación:
No hace falta que el texto sea excesivamente literario pero sí que debéis usar un registro formal. Un nivel de lengua demasiado coloquial no se considerará adecuado.
El vocabulario debe ser preciso y formal (evitad palabras comodín como “normal”, “cosa”, “hacer”).
-Corrección:
Revisad la ortografía y corregid las faltas porque descuentan 0,25.
-Extensión: se bajará nota por redactar un texto innecesariamente largo o demasiado corto. No hace falta que contéis las palabras. La extensión más adecuada sería una página por una cara con letra de tamaño medio.
-Originalidad: se valorará la originalidad en el estilo y en la historia.

26 oct 2013

Un cuento para comentar...

El cuento que analizaremos el próximo día de clase es Continuidad de los parques, de Julio Cortázar. Podéis leerlo aquí.

Continuidad de los parques

Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías, volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte. Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama. Admirablemente restañaba ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo, dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. El doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer.

Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió un instante para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.

25 oct 2013

Comentario sobre 'El Eclipse'

Os dejo el comentario sobre 'El Eclipse', cuento de Augusto Monterroso, que hemos trabajado en clase. Si tenéis algún problema de visualización o dudas, escribidme a mi correo electrónico.

Comentario de texto 'El Eclipse' de Augusto Monterroso

17 oct 2013

Lecturas voluntarias para 3º de ESO

Aquí tenéis los títulos de los libros voluntarios para este curso.

97 formas de decir “te quiero”, de Jordi Sierra i Fabra
Cristóbal no sale de su asombro cuando Daniela, una joven desconocida, le revela que ambos murieron veinte años atrás con la promesa de reencarnarse. Pero más atónito queda aún cuando investiga la terrible y fascinante historia contada por Daniela. Es entonces cuando surge el misterio, y también la esperanza de que un gran amor roto renazca...

Quizás mañana la palabra amor, de Jordi Sierra i Fabra
Dora escucha cómo las puertas del psiquiátrico se cierran tras ella. Sabe que todavía está en la cuerda floja, como le recuerdan las marcas de sus muñecas. Necesita tiempo para ella, para asimilar lo que pasó, lo que la llevó a esa situación ala que está empezando a sobrevivir. Hilario sabe que todo el mundo tiene secretos. Pero los suyos pesan como una losa. Todavía no sabe si ayudando a los demás se está ayudando a sí mismo...

El otro barrio, de Elvira Lindo
Ramón Fortuna es un adolescente de quince años que no llegó a conocer a su padre, pero que ha crecido sobreprotegido por cuatro mujeres: su madre de verdad y las postizas. Al verse envuelto en unos brutales acontecimientos, descubre que todo lo que le habían contado sobre su vida era mentira...

A lo lejos, Menkaura, de Elena O'Callaghan
En El Cairo, el conjunto de las pirámides de Guiza revela a los visitantes las glorias de un pasado esplendoroso, pero, también, y para quien lo sepa ver, la miseria y la pobreza del presente. Gamal es un muchacho egipcio que se gana la vida vendiendo souvenirs a los turistas. A la sombra de la pirámide de Menkaura, el chic o desgranará su azarosa infancia para construir con esperanza su futuro...

Lecturas voluntarias para 1º de ESO

Aquí os dejo la lista de lecturas voluntarias para este curso. Añado una pequeña reseña de cada libro para ayudaros a decidir.

Matilda, de Roahl Dalh.
Matilda es una lectora empedernida con solo cinco años. Sensible e inteligente, todos la admiran menos sus mediocres padres, que la consideran una inútil. Además tiene poderes extraños y maravillosos... Un día, Matilda decide desquitarse y empieza a emplearlos contra la abominable y cruel señorita Trunchbull .

Manolito Gafotas, de Elvira Lindo
Manolito Gafotas es uno de los personajes más famosos del mundo mundial. Este chaval de Carabanchel (Alto) nos ofrece, a través de sus gafas, una visión del mundo rebosante de humor. ¡Manolito es único, magnífico, inimitable...! Junto a él, y junto a su hermano el Imbécil, su abuelo Nicolás y por supuesto, toda la pandilla, viviremos divertidas aventuras.

El príncipe de la niebla, de Carlos Ruiz Zafón
El nuevo hogar de los Carver está rodeado de misterio. En él aún se respira el espíritu de Jacob, el hijo de los antiguos propietarios, que murió ahogado. Las extrañas circunstancias de esa muerte sólo se empiezan a aclarar con la aparición de un diabólico personaje: El Príncipe de la Niebla, capaz de conceder cualquier deseo a una persona a un alto precio...

Simbad el marino
Simbad el marino, un rico comerciante de Bagdad, le relata sus viajes por el mar a Simbad el faquín. En total, son siete, todos ellos llenos de peligros y aventuras, como la del pez-isla, el encuentro con los pájaros gigantescos, los monos, los magos que comen carne humana...